jueves, 2 de enero de 2014

El Diamond herético, impenitente, pertinaz y obstinado de Giordano Bruno






Si a usted le dijeran que la tierra es la que se mueve alrededor del Sol, que el Universo es infinito, que carece de sentido hablar de partes o de centro, pues en lo infinito cualquier punto es el centro o que las estrellas no son las lamparillas puestas por Dios, sino soles como el nuestro, incluso inmensos, soles que están dispersos en la inmensidad, sin límites del espacio infinito, muchos de los cuales podrían tener planetas y que también podrían estar habitados o si le hablaran de que la tierra, la naturaleza es un gigantesco ser vivo, que es preciso que se mueva en torno a su propio centro para participar de la luz, de las tinieblas, del día y de la noche, del calor y del frío, que se mueva alrededor del sol para participar de la primavera, verano, otoño e invierno; hacia los llamados polos o puntos hemisféricos para la renovación de los siglos y la mutación de su rostro. Seguramente usted no se asombraría.
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Pero si usted fuera parte de una sociedad, oscurantista, ignorante, supersticiosa, llena de dogmas impuestos por la iglesia… digamos medieval... allá por el año de 1600, quizás usted apoyaría que a la persona que se atreve a decir tales herejías se le torturara y se le quemara vivo, acusado de: herético, impenitente, pertinaz y obstinado Pues bien esto le paso a Giordano Bruno quien postulo las teorías anteriores.

 Los griegos Parménides, Platón o Aristóteles imaginaron al cielo como una enorme esfera que gira alrededor de la Tierra, un Universo esférico, con la Tierra como su centro. Las estrellas se movían en un círculo alrededor de la Tierra, con la misma velocidad a lo largo de una revolución que duraba veinticuatro horas. Para explicar que los planetas tenían una misma velocidad, se imaginó que las estrellas estaban atrapadas en una esfera sólida que giraba alrededor de la Tierra. Esta esfera se nombraba la esfera de las estrellas fijas, donde terminaba el universo. Por lo tanto el universo era finito y todos los movimientos y las formas del cielo eran círculos perfectos.

Existió una voz contraria a esta teoría, la de Aristarco. ( 310 a. C. - 230 a. C.) un astrónomo y matemático quien nació también en Grecia y decía que el universo era más veces mayor de lo que se pensaba, y que las estrellas fijas y el Sol permanecen inmóviles. Así era la tierra la que giraba alrededor del Sol en la circunferencia de un círculo y que el Sol era el centro de esta órbita.


Una las acepciones de la palabra Daimon la define como los espíritus de la naturaleza, una más como los seres divinos y semi divinos, intermediarios entre los dioses superiores, los hombres y mensajeros de los primeros. Una tercera dice; que son espíritus o energías interiores que actúan en el hombre, así lo creía Sócrates. El Daimon de Aristarco, fue un mensajero del espíritu del cosmos a quien pocos entendieron. Sus ideas no fueron aceptadas por la mayoría de sus contemporaneos que acusaron a Aristarco de impiedad y sacrílego a la paz de los dioses por haber concebido tal estructura del Sistema Solar. Sus obras se consumieron en las llamas, en el incendio de la biblioteca de Alejandrina.


1.800 años despues.

Mikolaj Kopernik (Copernico) fue un sacerdote católico un sabio; jurista, matemático, practicó la medicina y la astronomía. Todos sabemos de su teoría heliocéntrica. El 5 de marzo de 1616 la Congregación del Santo Oficio declara acerca de la "falsa doctrina contraria a la Sagrada Escritura, de que la tierra se mueve y que el Sol está quieto. Se condena y se prohíbe su libro De Revolutionibus. 

Tiempo despues Galileo, defiende la teoría heliocéntrica a lo largo de su vida. Es juzgado y condenado; el castigo, implica no hablar más sobre su teoría, ademas de algunas penitencias de tipo religioso. El Diamond de Copernico miró como el sabio, se arrodillo para renunciar y retractarse, abjurar de su conocimiento y guardo silencio.

Giordano Bruno fue un Monje, cuyo Daimon,  el espíritu de todas las cosas, lo motivo y le dicto difundir con energía y atrevimiento por toda Europa la teoría heliocéntrica de Nicolas Copérnico, que después de haberse publicado en 1543 después de la muerte de Copernico, no se tenia en cuenta. 

Por ahí de 1580, el monje filosofo Giordano, refutaba también, las tradicionales ideas sobre la esfera de las estrellas fijas y en todos los recintos y en las universidades: Toulouse, Sorbona, Oxford, Magdeburgo y Witemberg hablando de un universo infinito, con infinitos soles , muchos de los cuales podrían tener planetas e incluso ser habitados. 

Bruno mantenía acaloradas polémicas que le atraían admiración pero también bastantes enemistades. Frecuentó las cortes de Enrique III de Francia, y de Isabel I de Inglaterra.

Doctor en teología, su peregrinar por Europa lo decide las dificultades que con la iglesia tuvo, por no acatar por completo las ideas y credos de la misma, (ya había sido acusado de herejía, un proceso que se detuvo) Bruno se fue a Roma, viajo a Francia, y en Ginebra donde reinaba el protestantismo, abandono los hábitos, uniéndose a esta doctrina, pero pronto ante sus criticas a Calvino, debió también huir, acusado de coartar la libertad intelectual. ¡Ni más ni menos!

El Diamond de Giordano se reveló siempre en todas los ámbitos culturales de Europa, se manifestó durante los siete años que paso preso, sufriendo lo inimaginable, se mostró cuando no abjuro de sus ideas, ni de sus observaciones científicas, por lo que fue quemado vivo. 

Su Diamon no se incinero en las llamas. Actuó como "ideas", velo por el saber y conformo el renacimiento.  Perduró como un espíritu protector, fue el mensajero de la bienandanza que subsistió entre los pensadores que defendieron esa libertad, la de pensar, influyendo en otros magos intelectuales, que abrieron el camino a la revolución de la ciencia, dejando atrás el oscurantismo.

La idea de los dáimones fue tergiversada, trastocada, cambiada, por la cultura judeo-cristiana por la del demonio, un espíritu maligno que puede poseer a los humanos.


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Poema de Giordano Bruno a sus verdugos


Decid, ¿cuál es mi crimen? ¿Lo sospecháissiquiera?


 Y me acusáis, ¡sabiendo que nunca delinquí!


Quemadme, que mañana, donde encendáis la hoguera,


Levantará la historia una estatua para mí.


Yo sé que me condena vuestra demencia suma,


Por qué?...Porque las luces busqué de la verdad,


No en vuestra falsa ciencia que el pensamiento abruma


Con dogmas y con mitos robados a otra edad,


Sino en el libro eterno del Universo mundo,


que encierra entre sus folios de inmensa duración;


los gérmenes benditos de un porvenir fecundo,


basado en la justicia, fundado en la razón.


Y bien, sabéis que el hombre, si busca en su conciencia,


la causa de las causas, el último por qué


ha de trocar muy pronto, la Biblia por la ciencia,


los templos por la escuela, la razón por la fe.


sé que esto os asusta, como os asusta todo


todo lo grande , y quisierais poderme desmentir.


Más aún, vuestras conciencias, hundidas en el lodo

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