sábado, 18 de enero de 2014

Hacer realidad los deseos


 


El pensamiento mágico no requiere de pruebas, de ninguna certeza, ni comprobar la causa efecto. Hace algunos años un presidente de la Argentina uso la misma ropa y ocupó con sus ministros los mismos lugares, que cuatro años antes habian usado, para que la selección argentina, ganara de nueva cuenta el campeonato mundial de fútbol. Cosa que no ocurrió.

La superstición, los hechizos, los horóscopos, las reencarnaciones, las brujerías , los talismanes, los amuletos, el espiritismo, la astrología, la adivinación, la telepatía, la filosofía de la luz y tantas otras cosas, pertenecen a esta clase de pensamiento.


El hombre primitivo relaciono los fenómenos naturales con los fenómenos sobrenaturales, así explicaba las causas de su existencia, los bienes y los males, que le sucedían en su vida diaria. Así su existencia y la de la comunidad dependía de esos poderes y había ganarse, su socorro y su protección. Los primitivos se explicaban la lluvia, los rayos, las tormentas y los sucesos de la naturaleza de forma mágica. Al Sol, la fuente de calor y de luz, muchas civilizaciones le otorgaron el rango de divinidad. El Sol  debió entenderse como algo sobre natural que termino por venerarse y rendirle culto. 

Los aztecas como los egipcios, los griegos, los romanos divinizaron al Sol. A los primeros su pensamiento mágico ( Huitzilopochtli nació de Coatlicue, la Madre Tierra, quien quedó embarazada con una bola de plumas o algodón azulino que cayó del cielo mientras barría los templos de la sierra de Tollan. Sus 400 hermanos al notar el embarazo de su madre y a instancias de su hermana Coyolxauhqui decidieron ejecutar al hijo al nacer para ocultar la supuesta deshonra, pero Huitzilopochtli nació y mató a la mayoría. Tomó a la serpiente de fuego Xiuhcoatl entre sus manos , le dio forma de hacha y venció y mató con enorme facilidad a Coyolxauhqui, quien quedó desmembrada al caer por las laderas de los cerros. Huitzilopochtli tomó la cabeza de su hermana y la arrojó al cielo, con lo que se convirtió en la Luna, siendo Huitzilopochtli el Sol.) Los llevo a sacrificar a personas con el fin de contentar a Sol. para que el caos y la oscuridad no reinara. Asi complacido el Sol (Huitzilopochtli ) los determino a sacrificar personas, con el fin de contentar a Sol y que el caos y la oscuridad no reinara. Asi complacido el Sol (Huitzilopochtli ) surgía cada mañana; prodigando calor y vida.

En una noche de Luna, la luz de esta, se posa en la lanza de un primitivo cazador, este agotado, semidormido la distingue. Al otro día hambriento parte de cacería. El primitivo, usa la observación, cuando sigue el rastro de una presa; los vestigios de su andar, sus huellas, al mirar en una rama pelo del aninmal, al percibir los olores del lugar, ventear a al animal, al mirar restos de su excremento, y otros indicios que lo ayudan a cazarla. Jubiloso comparte con su horda su descubrimiento, el gran secreto: “Deben dejar las lanzas la noche previa a la cacería serenadas a la luz de la luna, y la caza será abundante” De alguna forma este pensamiento mágico y la observación, alguna vez tomaron caminos diferentes.

El pensamiento mágico a veces toma la forma de una creencia única, dogmática e irracional, que impide un sentido crítico. Esta clase de pensamiento, es el precedente del pensamiento empírico que dio paso al científico. Cuando las semillas, que comía la horda, dentro de una cueva húmeda germinaron, el siguiente paso fue sembrarlas y rogarlas. Un inicio del conocimiento.

Los pensamientos mágicos subsisten a hasta nuestros días, tales como: conjuros, encender velas, escribir una formula mágica, llenar de alfileres un muñeco, el numero de la suerte, la pata de conejo, los tréboles, persignarnos, usar cierta ropa, vestir ciertos colores, los seres de luz, los horóscopos, las buenas vibras, los productos milagros anunciados en TV, la oración, los tips para conseguir la felicidad y las parejas amorosas. Todo por hacer realidad los deseos. Pero no es suficiente desear algo para hacerlo realidad. Alguien reprochara: pero es cierto, si se desea algo se obtendrá. Bueno, si esto fuera cierto los científicos no tendrían que comprobar sus teorías, bastaría desear el resultado de un experimento como ellos deseasen. 
El hombre primitivo culpaba a los espíritus, a las deidades de sus enfermedades y recurría al brujo, al chaman, que le revela el origen de su mal, por el enojo de algún ser sobrenatural. Incluso las enfermedades de los distintas partes del cuerpo tenían como causa el enojo de diferentes deidades. Aún hoy se cree en las posesiones satánicas o en el “mal de ojo”, provocado por la envidia de las personas, y que se traduce en enfermedades, esto… en pleno 2014. 

En uno de sus trabajos Freud escribió: “ Es una verdadera suerte que todos estos malos deseos no tengan poder. De otro modo el género humano se hubiese extinguido hace mucho y ni los mejores y más sabios entre los hombres, ni las más bellas y amables entre las mujeres se hubiesen salvado”
Fue la ciencia quien esclareció que las enfermedades eran fenómenos naturales cuyas causas no se debían a castigos divinos, ni a la envidia. ¿Cuanto tiempo persistirá este pensamiento mágico en la humanidad? Me temo que mucho; porque hoy las revistas, la radio y la televisión, perpetúan este pensamiento, que le es redituable, ya que se enriquecen, por los anuncios, que pactan con los charlatanes. 

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