viernes, 30 de diciembre de 2016

El espíritu de las puertas del principio y el final.


La Liturgia la practicaban los romanos y fueron una serie de hechos de carácter público y con la participación comunitaria. 
 La liturgia hacía referencia a las obras que algún ciudadano hacía en favor del pueblo. Después a partir del cristianismo la connotación se hizo cada vez más religiosa. Los romanos tenían como costumbre dar regalos en el año nuevo, tales como dátiles, higos, nueces, miel y monedas.


Durante mucho tiempo los romanos utilizaron los calendarios lunares que podían diferir en el número de meses. Los romanos recibían el año nuevo con la entrada del mes inaugural de la primavera, en el mes de martius, (marzo), de Marte, dios de la guerra)

 En esta época se decidían las campañas militares que se llevarían a cabo. Estos romanos celebraban el año nuevo como lo han hecho innumerables culturas, con costumbres supersticiosas, algunas de ellas aún perviven tales como: Limpiar las casas, cambiar muebles viejos, bañarse, realizar una serie de purificaciones.

El calendario de la era romana, denominado de Rómulo, comenzó a utilizarse en el 750 a.C. y tenía diez meses. El principio del año romano era marzo y llegaba hasta diciembre. Los meses del calendario eran llamados: Martius, Aprilis, Maius, Junius, Quinctilis, Sextilis, September, October, November, December. La duración de los meses era de treinta y un días para cuatro de ellos (Martius, Maius, Quinctilis, y October) y treinta días para los demás, lo que hacía un total 304 días.


 Posteriormente se agregaron dos meses más Januaris (en honor del dios Jano) con 29 días y Februarius (que recibió su nombre de la diosa Februa , madre de Marte, ) con 28 días.

Jano fue un dios de la mitología romana que tenía dos caras que miraban siempre en direcciones opuestas, y cuyo nombre fue adoptado para nombrar al primer mes del año. Este dios con dos caras opuestas, representaba el paso del tiempo. Su dualidad le permitía, observar con un rostro el pasado; y con el otro estar atento al futuro. 


Como dios de los comienzos, se procedió a invocarlo públicamente el primer día de enero (Ianuarius), que paso a Janeiro y a Janero y de ahí derivó a Enero. 

Los romanos solían invocarlo al inicio de una guerra y mientras ésta durara, las puertas de su templo quedaban siempre abiertas. En época de paz su santuario permanecía cerrado. Jano es propio de la mitología romana y no expropiado como casi todos sus dioses, de la mitología griega.

Los romanos nombraban Ferias, a las fiestas, y a lo largo del año festejaban varias, entre ellas, las del 15 de febrero denominadas Lupercales (refiriéndose a Lupercus, dios de los pastores), donde sacrificaban a un macho cabrío, en una cueva, la misma, según la mitología, donde Fauno Luperco tomando la forma de una loba (Luperca), había amamantado a los gemelos Rómulo y Remo. 


La piel de la bestia era cortada a jirones denominados februa (un probable origen del mes de febrero), que se repartían entre los luperci. Éstos, armados con las februas y sin más ropa que un taparrabos o desnudos, corrían alegres alrededor del monte Palatino azotando a la gente que había asistido para purificarlos y para propiciar la fecundidad.

Las mujeres eran las principales receptoras de lo azotes y ellas, entre carreras y esquivas, los recibían con alegría ya que creían que así se volverían más fértiles. Algunos historiadores, mencionan que los orígenes de esta festividad se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, de hace más de 5000 años, con celebraciones muy parecidas, a las de la época del Imperio romano.


Estas fiestas eran tan populares que resistieron incluso la llegada del cristianismo. Con el transcurso de los años, esta fiesta que comenzó siendo un juego erótico devino en verdaderas orgías públicas. Los mismos carnavales tienen su origen en estas fiestas, como un recuerdo a la permisividad sexual. 


Esta fiesta fue substituida por el cristianismo por la fiesta del 14 de febrero día de San Valentín (un cristiano martirizado) Hoy la mercadotecnia ha instaurado el día del amor.

Otras ferias romanas se celebraban en diciembre, estas fueron las saturnales que se festejaban al final de los trabajos del campo, a raíz  de la conclusión de la siembra de invierno. Duraban del 17 al 25 de diciembre. La gente portaba velas prendidas y antorchas por el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol (solsticio de invierno) 

Durante las fiestas Saturnales, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz. Los romanos amigos y familiares, se hacían regalos. ¿Les suena a Navidad?

Posteriormente, esta fiesta que daba testimonio del nacimiento del Sol y su nuevo período de luz fueron sustituida por la Iglesia, quien hizo coincidir en esas fechas el nacimiento de Jesús de Nazaret, con el objetivo de acabar con las antiguas celebraciones, que le fueron difíciles de desarraigar.

A principios del siglo XVI, los reinos europeos comenzaron a establecer oficialmente el 1 de enero como el día de Año Nuevo. Hasta 1752, el Reino Unido y sus colonias mantuvieron el 25 de marzo (9 meses antes del 25 de diciembre) como primer día del año. Rusia empezaba el año nuevo el 1 de marzo hasta el siglo XV y el 1 de septiembre hasta el año 1700.

Pero aún la dos caras de Juno escudriñan; una puerta que cierra el pasado, y la otra que se abre al futuro.

¡Feliz año a todos! ¡Que las puertas se nos abran!